Una organización se considera competitiva si tiene éxito manteniéndose a través de la satisfacción del cliente, basándose en la participación activa de todos los miembros de la organización para la mejora sostenida de la calidad de los productos y servicios que ofrecen.
- Adaptándose a los cambios constantes del entorno para sobrevivir.
- Identificando y desarrollando ventajas competitivas.
- Brindando servicios y/o productos de alta calidad.
- Ofreciendo respuestas diferenciales, que aporten un verdadero valor en el mercado.