Un enfoque positivo del trabajo: De la molestia a la motivación

En el marco del día mundial de la salud mental, y en vista del preocupante aumento de los problemas relacionados con dichas enfermedades, según indican los datos disponibles, he deseado compartir reflexiones sobre cómo la percepción del trabajo, por parte de las personas, puede estar teniendo un impacto, y en consecuencia, proponer soluciones para mejorar el bienestar de las personas.

Algunos datos….

Gallup, consultora global con presencia en más de 160 países, estudia el compromiso de los empleados por países, y por ejemplo, en 2022 en España, apunta que el 75 % de los empleados no se sienten comprometidos ( not engaged)  con su puesto de trabajo.

Gallup también concluyo que en 2021 el 44 %, de los profesionales encuestados aseguraron que sentían altos niveles de estrés a diario.

En la misma línea, Adecco en 2021, concluyó en su estudio, que el 40% de los trabajadores españoles y globales habían sufrido burnout, (es decir, cronificación del estrés a causa del trabajo) durante el último año.

Si el trabajo es una área de nuestra vida, que ocupa más de la tercera parte de nuestra vida durante, como mínimo. unos 50 años… y los datos dicen, que un porcentaje muy alto de la población no está feliz, podemos concluir, que este sentimiento y percepción puede facilitar el generar malestar y por ende problemas de salud mental.

¿ A quien podemos “responsabilizar”?

 Considero que en el ecosistema empresa colaborador, es una corresponsabilidad.

Las políticas de recursos humanos de las empresas, deben ocuparse de factores culturales y organizativos que promuevan el bienestar, para así facilitar la consecución de mejores resultados, que es bueno para la empresa y también para las personas que trabajan en ella, pero al mismo tiempo deben obtener compromiso y responsabilidad por parte del personal que trabaja en la organización. Por ejemplo, los propósitos, los planes de carrera y desarrollo, la cultura del reconocimiento y el feedback de mejora, los flujos de trabajo definidos, escuchar a los equipos, etc.,… van encaminadas a ello. Como consultor, tengo la oportunidad de ver. como las empresas se preocupan y ocupan por estos temas, y en su mayoría intentan mejorar e innovar continuamente al respecto.

En mi opinión, sería un error pensar que el bienestar en el trabajo solamente depende que la empresa implemente y/o mejore continuamente sus políticas de Recursos Humanos, ya que también hay una parte que está en las propias personas, en pensar y definir su visión sobre el papel del trabajo en su vida, y no considerarlo como una amenaza sino como una oportunidad, y no esperar que solamente te motiven los otros, si no, saber generar tu propia automotivación. En este sentido, para mí, hay un mensaje importante.. no estoy hablando de si uno conecta o no con la empresa donde trabaja, estoy hablando de si conectas o no con el trabajo en general, hecho que exceptuando para unos muy pocos en el mundo, pueden eludir, y el resto si o si debemos trabajar. Luego el proyecto donde trabajas en concreto ya depende de lo que uno desea, si lo que desea existe, y no caer en el desánimo, porque la perfección no existe, siempre hay peros en todo, y como encaras eso es fundamental para sentirte mejor.

Para definir la visión que uno tiene sobre el papel del trabajo en la vida, es importante ser consciente, que el cerebro humano toma decisiones desde el inconsciente, significando que estas decisiones pueden estar influenciadas por emociones, experiencias pasadas y por las preferencias personales que no siempre están disponibles a nivel consciente. Entonces sugiero que antes de llegar a un pensamiento de desafección respecto a nuestro trabajo reflexionemos, comparemos, analicemos probabilidades con justicia valorando lo que tenemos frente a otras posibles alternativas de cambio, sabiendo que desde lejos las cosas se ven con mucho menos detalle, pero al momento que te acercas, las imperfecciones aparecen…

¿Estamos delante de un problema o de una oportunidad?

 Ante los cambios constantes y acelerados del entorno actual, si aprendemos a cuidar nuestra mente y nuestras emociones, tendremos la oportunidad de estar mejor preparados para enfrentarnos los constantes desafíos, adaptarnos a las circunstancias cambiantes y encontrar un equilibrio en medio de la incertidumbre.

Cuidar nuestra mente, no es solamente buscar comodidades, sino también desafíos, no es solamente ver amenazas sino oportunidades, no es solamente fijarte en lo que no tienes, si no disfrutar de lo que tienes.

En conclusión, si conseguimos fortalecer los pensamientos y las emociones tenemos la oportunidad de ser más resilientes y así disfrutar de una cosa tan bonita como nuestra vida en el trabajo, ayudándonos también a estar mejor con nuestra familia, o en nuestro ámbito social, o cuando estamos solos, porque nos sentimos satisfechos de una parte que nos ocupa mucho tiempo de nuestra vida.

Por tanto, busquemos el bienestar, pero debemos realizar una profunda reflexión de lo que tenemos en nuestro trabajo, para así posiblemente sentirnos automotivados y llegar al compromiso y la responsabilidad que la empresa nos solicita.